En tiempos de crisis, las organizaciones de base crean nuevas prácticas democráticas

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Street vendor protest
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Jenna Harvey, Ana Carolina Ogando

Las normas democráticas se encuentran en peligro en todo el mundo, manifestando serias consecuencias a largo plazo. Las trabajadoras y los trabajadores en la economía informal y otros grupos marginados están presenciando el retroceso de las luchas en pos de elevar la participación y conseguir más derechos que con mucho esfuerzo han llevado a cabo. A pesar de ello, las organizaciones de trabajadoras y trabajadores están organizando y aplicando nuevas estrategias con el fin de avanzar hacia prácticas democráticas.

Pasaron solo cinco años desde que las autoridades de Bangkok, Tailandia, se dispusieron a trabajar a diario en estrecha colaboración con vendedoras y vendedores ambulantes para crear un ambiente limpio y atractivo para desarrollar el comercio en espacios públicos. En Belo Horizonte, Brasil, las recicladoras y los recicladores se beneficiaron a partir de los espacios institucionales de participación y las políticas inclusivas para los sistemas de manejo de residuos sólidos. En Lima, Perú, las vendedoras y los vendedores ambulantes celebraron la aprobación de una ordenanza local en beneficio de los sectores más empobrecidos, redactada por el gobierno municipal a partir del minucioso aporte realizado durante meses.

Desde ese momento, en todas estas ciudades y en muchas otras, no solo en el sur global sino también en el norte, las leyes y prácticas democráticas están se están corrompiendo rápidamente. Las trabajadoras y los trabajadores en la economía informal están presenciando retrocesos en los avances que habían logrado con el esfuerzo de décadas, como lo son el cierre de los espacios de participación y las acciones represivas (desalojos, arrestos, reducción de políticas inclusivas) que se incrementaron bruscamente.

Desde ese momento, en todas estas ciudades y en muchas otras, no solo en el sur global sino también en el norte, las leyes y prácticas democráticas están se están corrompiendo rápidamente.

Estas medidas se han incrementado debido a un brusco aumento de desinformación y a la difamación de las trabajadoras y los trabajadores en la economía informal, donde predomina, por lo general, el contenido xenófobo, racista y clasista. Estamos frente a un panorama desalentador en el que prima una crisis democrática mundial ascendente, que se evidencia en todas las regiones. En definitiva, el panorama mundial actual dispersa –y debilita intencionalmente– la atención y la acción ante la urgencia de las desigualdades sociales, económicas y ambientales.

A pesar de todo esto, en el trabajo que realiza WIEGO junto con las organizaciones de base de las trabajadoras y los trabajadores en la economía informal, vemos grandes esfuerzos para hacer funcionar la democracia participativa desde abajo. En el Día Internacional de la Democracia, analizamos las distintas formas en las que las organizaciones de base están creando espacios de resistencia, imaginación y acción colectiva desde las bases.

Ver el video: Organizándose para el cambio: trabajadoras y trabajadores en la economía informal.

Bangkok street vendor
Foto: Pauline Bronstein/Getty Images Reportage

Las vendedoras y los vendedores ambulantes demuestran prácticas democráticas ejemplares con la construcción de un movimiento

Cuando en Tailandia un golpe al gobierno puso en jaque la fuente de trabajo de las vendedoras y los vendedores ambulantes, el colectivo se organizó rápidamente y se unió para construir un sólido movimiento de base para defender sus derechos.

En el 2014, un golpe militar tomó el control del gobierno tailandés, estableciendo rápidamente una junta de gobierno y una constitución interina que le atribuía a la junta amplias facultades. Poco tiempo después, el nuevo gobierno convirtió lo que había sido uno de los mejores modelos a nivel mundial de gestión de la venta ambulante –que involucraba la cooperación diaria entre vendedoras y vendedores y autoridades– en una campaña de desalojos despiadados, que desplazó aproximadamente unos 17 000 vendedores durante cuatros años.

En el trabajo que realiza WIEGO junto con las organizaciones de base de las trabajadoras y los trabajadores en la economía informal, vemos grandes esfuerzos para hacer funcionar la democracia participativa desde abajo.

Como respuesta, con el apoyo de HomeNet Thailand, las vendedoras y los vendedores se movilizaron rápidamente conformando la primera Red de vendedoras y vendedores tailandeses por el desarrollo sustentable que abarca toda la ciudad.

La red fue creada debido a la falta de espacios locales –o barriales– para el intercambio participativo con las autoridades sobre la gestión de la venta ambulante. Las y los líderes representantes de las vendedoras y los vendedores ambulantes de 23 distritos se reunieron para debatir, intercambiar y llegar a un consenso sobre una serie de reclamos para garantizar el derecho de volver a las antiguas áreas de venta y de participar en la toma de decisiones relacionadas con la gestión del espacio público.

Desde entonces, organizaron manifestaciones, convocaron a conferencias de prensa, lanzaron una campaña en las redes sociales y participaron de diversas y creativas formas de desobediencia civil en repudio a la prohibición de la venta ambulante. El resultado fue la creación de un movimiento democrático y dinámico de vendedoras y vendedores ambulantes y aliados. A partir del debate, la construcción y la obtención de consensos, prefiguran el tipo de práctica democrática que quisieran que adopte el gobierno en materia de gestión de la venta ambulante en Bangkok.

Leer más sobre cómo las vendedoras y los vendedores tailandeses marcharon en contra de los desalojos y sobre cómo se reunieron con las vendedoras y los vendedores ambulantes de la ciudad de Nueva York para trabajar en solidaridad.

Lima street vendor
Foto: Juan Arredondo/Getty Images Reportage

Las vendedoras y los vendedores ambulantes de Lima generan alternativas innovadoras frente a la represión

Crear espacios de diálogo entre la ciudadanía y el gobierno, como los que solía haber en el gobierno de Lima, resulta importante no solo para el sostenimiento de una democracia sana, sino también para una buena recepción de las políticas y la innovación.

En 2014, las legisladoras y los legisladores de Lima convocaron a una mesa de diálogo sobre la venta ambulante. Las vendedoras y vendedores ambulantes de diferentes federaciones de la ciudad fueron invitados a participar y a realizar sus aportes para una nueva ordenanza para la ciudad. Desde entonces, se registraron leves avances respecto de la implementación de la nueva ordenanza. La demanda de las vendedoras y los vendedores ambulantes de convocar a una nueva mesa de diálogo para colaborar en el avance de dicha ordenanza fue ignorada.

Las vendedoras y los vendedores ambulantes de 23 distritos se reunieron para debatir, intercambiar y llegar a un consenso sobre una serie de reclamos para garantizar el derecho de volver a las antiguas áreas de venta.

Por el contrario, se han encontrado con un nuevo escenario hostil: grandes desalojos, incluso en las áreas de venta más firmemente establecidas de la ciudad. Las vendedoras y los vendedores entienden que los desalojos son una respuesta destructiva, costosa y muy poco efectiva ante los desafíos que presenta la administración del espacio público y son, también, reflejo de la falta de imaginación para enfrentar estas problemáticas.

Como respuesta a los desalojos, las y los líderes de las vendedoras y los vendedores están haciendo el trabajo que el gobierno no realiza: trabajar en conjunto, a la par de especialistas, para desarrollar propuestas innovadoras que sean una alternativa a estas medidas. En agosto, con el apoyo de WIEGO, las vendedoras y los vendedores ambulantes de Lima convocaron a un foro para compartir estas propuestas ante funcionarias y funcionarios municipales, con la esperanza de sentar las bases para una cooperación que beneficie a ambas partes.

Leer más sobre los desafíos que enfrentan las trabajadoras y los trabajadores en la economía informal de Lima mientras continúan los impulsos de “modernización”.

Waste pickers protest in Brazil
Foto: Deia de Brito

Recicladoras y recicladores de Brasil movilizan redes de apoyo

Durante las últimas dos décadas, las recicladoras y los recicladores de Brasil han conseguido victorias fundamentales en materia de políticas, a nivel nacional, estatal y local, basadas en la inclusión socio-económica. Sin embargo, desde el año 2016, la inestabilidad política y económica, junto con un arrasador giro a la derecha en la política nacional de Brasil, ponen en riesgo estas victorias.

Como respuesta a esta situación, recicladoras y recicladores organizados de todo Brasil han movilizado alianzas históricas para mantener abiertos los canales de diálogo y, de esta manera, prevenir el desmantelamiento del marco inclusivo de políticas en materia de desechos sólidos de Brasil, el cual implicó años de construcción.

Como respuesta a los desalojos, las y los líderes de las vendedoras y los vendedores están haciendo el trabajo que el gobierno no realiza: trabajar en conjunto, a la par de especialistas, para desarrollar propuestas innovadoras que sean una alternativa a estas medidas.

Por ejemplo, en Belo Horizonte, las recicladoras y los recicladores se enfrentan a dos grandes amenazas: el ajuste del presupuesto de un centro público encargado de promover la política y la práctica del reciclaje inclusivo (Centro de referencia de residuos sólidos de Minas Gerais) y la presentación de proyectos de ley sobre tecnología de incineración en la legislatura estatal (la cual, de aprobarse, resultaría perjudicial para el sustento económico de las recicladoras y los recicladores).

Para luchar contra estas amenazas, las recicladoras y los recicladores de Belo Horizonte y de todo el estado de Minas Gerais, junto con ONG aliadas, activaron diferentes redes de alianzas a nivel local y estatal para formar un frente de resistencia unido. Estas alianzas incluyen a diversos sectores, tales como las asociaciones comunales barriales, un comité asesor de representantes del Movimiento nacional de recicladoras y recicladores (MNCR, por su sigla en portugués), intelectuales, expertos y profesionales del reciclaje (Observatorio para el reciclaje inclusivo, del cual WIEGO es parte) y representantes del gobierno que adhieren a la causa.

Las vendedoras y los vendedores ambulantes prefiguran prefiguran el tipo de práctica democrática que quisieran que adopte el gobierno en materia de gestión de la venta ambulante en Bangkok.

La estrategia fue exitosa: hace dos años, las recicladoras, los recicladores y sus aliados detuvieron el curso del proyecto de ley para la incineración luego de una audiencia pública junto con las diferentes partes interesadas. Recientemente, obtuvieron una reunión ante la asamblea legislativa sobre las amenazas de la incineración y del recorte de presupuesto. Como resultado de la reunión, se logró que las autoridades se comprometieran a detener el tratamiento de un proyecto de ley que derogaría una ley estatal en contra de la incineración y, además, a continuar el diálogo con las y los representantes de las recicladoras y los recicladores en materia de políticas que tengan impacto en su sustento económico.

Leer sobre cómo las recicladoras y los recicladores de Bogotá enfrentan diferentes desafíos con respecto al avance que habían realizado con la municipalidad.

Reinventar el ejercicio de la ciudadanía y la práctica democrática desde abajo

Estos tres ejemplos de resistencia demuestran el potencial de las organizaciones de base de trabajadoras y trabajadores en la economía informal para luchar contra los factores que amenazan la democracia. Aunque estas experiencias particularmente localizadas no sean el remedio ante las complejidades de la crisis que afecta al mundo en su totalidad, sí demuestran el poder de la organización de base y el conocimiento para ofrecer alternativas al status quo.

Las recicladoras y los recicladores de Belo Horizonte y de todo el estado de Minas Gerais, junto con ONG aliadas, activaron diferentes redes de alianzas a nivel local y estatal para formar un frente de resistencia unido.

Mientras los gobiernos dejan de lado las normas democráticas, los grupos populares de trabajadoras y trabajadores demuestran una práctica democrática ejemplar desde las bases. Mientras legisladoras y legisladores solo ofrecen respuestas ineficaces y para nada creativas, las trabajadoras y los trabajadores desarrollan propuestas innovadoras. Y mientras las élites, desde sus discursos públicos, fomentan la agresividad y la división, las organizaciones locales de trabajadoras y trabajadores construyen puentes y forjan lazos de alianza.

Mediante el esfuerzo colectivo para ampliar el espectro de las voces legitimadas, las trabajadoras y los trabajadores en la economía informal enseñan de forma magistral cómo se pueden reinventar formas más plurales, democráticas y activas de compromiso cívico.

Primera Foto: Rhonda Douglas

Aspectos de la economía informal
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