¿Cómo enfrentan los comerciantes en vía pública al COVID-19?

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Street vendors in Lima
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Ana Carolina Ogando, Olga Abizaid

Por Ana Carolina Ogando y Olga Abizaid con Carmen Roca y Edith Anampa 

Con un presupuesto equivalente al 12% de su PIB, el Perú implementó el paquete de respuesta a la pandemia del COVID-19 más grande en América Latina. Su objetivo principal era ofrecer apoyo a la población más vulnerable durante la pandemia. Desde el 16 de marzo también ha implementado medidas estrictas de aislamiento social. A pesar de la voluntad del gobierno de abordar las crisis sanitaria y económica, quienes trabajan en empleo informal están viéndose muy afectados. 

Los desafíos para adaptarse a las medidas de aislamiento y obtener acceso a la ayuda del gobierno han representado para los comerciantes no sólo la pérdida de muy necesitados ingresos, sino también una mayor estigmatización. Las narrativas que deshumanizan y responsabilizan a quienes comercian en vía pública de la propagación del virus cobran mayor importancia, y se alimentan de percepciones negativas de larga data en torno a estas personas trabajadoras, las cuales, con mucha frecuencia han servido para impulsar políticas urbanas excluyentes. Tal fue el caso del desalojo masivo en Avenida Aviación antes de los Juegos Panamericanos en 2019. 

Mientras la pandemia es utilizada como un artificio de mayor exclusión, el equipo de Ciudades Focales de WIEGO en Lima, en conjunto con los trabajadores y trabajadoras y personas aliadas, hacen un llamado en pro de buscar soluciones colectivas más justas a los desafíos creados por la pandemia. 

En esta entrevista, Carmen Roca and Edith Anampa del equipo de Ciudades Focales de Lima se sentaron con nosotras para compartir sus reflexiones sobre la situación de las personas que comercian en vía pública en Lima, las barreras que existen para tener acceso a las medidas de ayuda del gobierno, sus esfuerzos de incidencia, y las estrategias para contrarrestar las narrativas que sirven para penalizar aún más a este grupo de trabajadoras y trabajadores durante la pandemia.

¿Podrían explicarnos brevemente qué es lo que está sucediendo actualmente en Lima con las medidas sanitarias del gobierno para controlar la propagación del COVID-19? 

Equipo de Lima: Desde el 16 de marzo —y hasta el 30 de junio—, el gobierno ha implementado medidas estrictas de aislamiento social, que se hacen cumplir por la policía y el ejército. No podemos salir de casa, salvo para ir por comida o medicina o ir al banco. El gobierno también ha incrementado diez veces el número de camas de hospitales con respirador. Y si bien esta última ha sido una medida proactiva y rápida para un país como el nuestro, los servicios en los hospitales ya están colapsados.

El gobierno ha hablado de bonos para compensar a las personas más vulnerables por la pérdida de ingresos debido a las medidas sanitarias. ¿Podrían platicarnos sobre esta propuesta del gobierno? ¿Pueden beneficiarse las personas que comercian en vía pública? 

Equipo de Lima: La mayor parte de la gente que labora en espacios públicos con la que trabajamos tiene ingresos bajos. Y si bien no están en situación de pobreza extrema, sí viven en condiciones de pobreza. 

Inicialmente, el gobierno sacó un bono de S/ 380 soles para las personas en pobreza y pobreza extrema para que pudieran quedarse en casa. La gente podía confirmar su elegibilidad introduciendo su número de identidad nacional en un sitio web del gobierno. Sin embargo, el problema principal fue que, a diferencia de la información sobre las zonas rurales, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social no tenía buenas listas para las zonas urbanas para la distribución del bono porque ahí ya no había pobreza extrema. Sólo un puñado de las personas trabajadoras con las que trabajamos han recibido este primer bono. 

El entendimiento ampliamente compartido de que quienes laboraban como autoempleados independientes, incluyendo a quienes comercian en vía pública, eran las más afectadas por las medidas de aislamiento, múltiples actores, incluyendo a WIEGO, así como gente en los medios, abogaron para que se extendiera el bono a este grupo de trabajadores. El gobierno respondió con el Bono independiente. 

Pero, para identificar a los beneficiarios de este bono, el gobierno tenía que cruzar información de varios ministerios para asegurarse de que las personas no estuvieran ya cubiertas por otros programas de gobierno (Ministerio de Desarrollo Social e Inclusión Social), no ganaran más de S/ 1,200 mensuales (oficina de Impuestos y mediante la entidad que supervisa a los bancos), o que no tuvieran un contrato público (Ministerio de Finanzas). Desafortunadamente, la decisión del gobierno de utilizar únicamente datos oficiales para identificar a las personas beneficiarias limitó el alcance de este bono, dejando fuera a muchas de las personas que laboran en empleo informal.

Ahora, el gobierno ha lanzado un Bono familiar universal para los hogares donde nadie recibe un salario, el cual tendrá un monto de S/ 760 si se hace en un sólo pago o S/ 380 si se hace en dos pagos a intervalos de 15 días. Afortunadamente, este proceso ya ha comenzado. El gobierno también se comprometió a distribuir alimentos en las áreas más pobres. Pero a pesar de que las municipalidades recibieron fondos desde el comienzo de las medidas de aislamiento social, problemas de transparencia han limitado el alcance de esta ayuda. 

Es por ello que para mucha gente ya no es posible respetar la cuarentena por cuestiones financieras y sociales. 

¿Cuáles han sido algunas de las implicaciones inmediatas para las personas que comercian en vía pública en Lima?

Equipo de Lima: Es una situación muy complicada. Dependiendo de lo que vendan, la situación es distinta. Sólo quienes venden productos esenciales, como alimentos, tienen permiso de trabajar —ya sea en las calles o en los mercados—. Quienes venden productos no esenciales están enfrentando pérdidas importantes o han comenzado a vender alimentos para poder trabajar. Pero, incluso quienes venden alimentos enfrentan problemas. En el área de Avenida Aviación, en el distrito de La Victoria —todavía un polo comercial importante para comida—, las y los comerciantes en vía pública fueron desalojados y su mercancía fue confiscada y destruida. 

Hay comerciantes mayores que tienen miedo de salir a vender en las calles y de contagiarse.

Hay comerciantes mayores que tienen miedo de salir a vender en las calles y de contagiarse; son quizás aquellos que tienen algunos ahorros o que pueden apoyarse en su familia. Están preocupados sobre las crecientes dificultades de vender en las calles, perseguidos por las autoridades y el ejército bajo la premisa de que son los culpables de la propagación del virus. Lo mismo está sucediendo con los comerciantes de los mercados de abastos.

Las municipalidades están reaccionando de manera distinta. En Lima Norte, en la municipalidad de Carabayllo se les ha asignado un lugar bueno para trabajar a las y los comerciantes a cambio de una cuota accesible, mientras que en la municipalidad de Comas, a los comerciantes de una paradita les dijeron que su espacio de trabajo sería desinfectado, y, en vez de eso, les destruyeron sus puestos con bulldozers —eso, a pesar de haber estado participando en una mesa de diálogo con la municipalidad—.

Las personas que comercian en vía pública y en los mercados de abastos también sienten que están enfrentando una competencia desleal de los supermercados durante la pandemia. Mientras estas personas sólo pueden vender productos esenciales, los supermercados venden todo tipo de productos. Y si bien han habido contagios de COVID-19 entre las y los trabajadores en los supermercados, nunca han sido etiquetados como “focos de infección”, como lo han sido los comerciantes en empleo informal.

¿Podrían hablarnos de la importancia que tienen las personas que comercian en vía pública en la vida diaria de los diferentes distritos de Lima?

Equipo de Lima: Algunos líderes han mencionado que muchos trabajadores han salido a trabajar, pero que muchos de sus clientes no tienen suficiente dinero para pagar los productos. Las y los comerciantes, sin embargo, no pueden dejar de darles los alimentos porque son sus clientes de toda la vida. 

Esto muestra qué tan importantes son las personas que comercian en vía pública en las ciudades. Garantizan la seguridad alimentaria de la gente más pobre. Además, a menudo, sus puntos de venta se encuentran en un punto intermedio entre las zonas más populosas y los mercados, conectando así a la gente en la ciudad.

¿Qué es lo que están haciendo las organizaciones de comerciantes en vía pública como respuesta a la pandemia y a las restricciones que enfrentan? 

Equipo de Lima: En varios casos, han puesto en marcha esfuerzos innovadores para proteger al público y protegerse a sí mismos. Algunos comerciantes están usando cloro y están practicando distanciamiento social en sus lugares de trabajo. 

Pero es muy diferente de lo que se dice en los medios de comunicación y de lo que dicen las autoridades, quienes sólo dicen es que las y los trabajadores son una fuente importante de contagios. 

Una cliente espera su turno respetando la distancia adecuada en el mercado de San Pedro, donde las y los comerciantes se han autoorganizado para implementar medidas de protección para la clientela y la gente que labora en el mercado sin ayuda del gobierno.

Los comerciantes de La Victoria pusieron una demanda ante la Fiscalía por el atropello sufrido con la confiscación de su mercadería. Algunos comerciantes también hicieron un plantón para exigirle al gobierno municipal la restitución de su mercadería, y atraer la atención de los medios. Sin embargo, las autoridades quieren imponer una multa de S/ 2,100 para la recuperación de la mercadería —una suma imposible de pagar para las y los trabajadores—.

Las y los comerciantes de mercados de abastos, con apoyo de Ciudades Focales en Lima, llevaron a cabo una conferencia de prensa el pasado 20 de mayo para demostrar su disposición a compartir la responsabilidad en la gestión de la propagación de la enfermedad y pedir su inclusión en la comisión encargada de supervisar a los mercados de abastos. 

 

Caption: En abril de 2020, líderes de varios grupos ocupacionales unieron fuerzas para crear la campaña “Trabajadores frente al COVID”, orientada a hacer demandas en común, y otras demandas específicas a cada sector, entre las que se incluye el acceso a los bonos monetarios, a equipo de protección personal, y a la búsqueda de diálogo y cooperación con las autoridades. 

¿Podrían hablarnos del trabajo que Ciudades Focales de WIEGO en Lima está realizando en apoyo de quienes comercian en vía pública?

Equipo de Lima: Hicimos incidencia con las autoridades para el Bono independiente y compartimos con los ministerios del trabajo, de desarrollo e inclusión social y del ambiente las listas de miembros de las organizaciones de trabajadoras y trabajadores con los nombres de 10,000 trabajadoras y trabajadores de varios sectores con la intención de que fueran incluidos. 

También lanzamos una campaña de comunicaciones. Dadas las restricciones a la movilidad que hay, los medios están formando las percepciones públicas y pueden influir en las decisiones de los gobiernos. Nuestro objetivo es demostrar que las personas que comercian en vía pública están organizadas, dispuestas a trabajar con las autoridades y que han implementado medidas sanitarias. Estamos trabajando con varias personas expertas en comercio en vía pública y en mercados de abastos, como Elsie Guerrero, para compartir experiencias. También hemos abogado en favor de que se deje trabajar a las paraditas de manera ordenada para reducir las conglomeraciones en los mercados de abastos. Y de momento estamos planeando hacer tres eventos en Facebook Live y esperamos que gente de los medios puedan participar. Vemos esto como una oportunidad para compartir buenas prácticas and comenzar un debate informado sobre la venta en vía pública. 

Caption: Imagen de la campaña que abogaba por una alianza entre las autoridades y las organizaciones de comerciantes en vía pública para el establecimiento de paraditas como una alternativa para asegurar la seguridad alimentaria y reducir las aglomeraciones en los mercados y la necesidad de desplazamientos importantes para poder abastecerse.  

Construyendo juntos una ciudad más resiliente

Quienes comercian en vía pública en Lima tienen un profundo entendimiento de los riesgos asociados al trabajo en las calles y en los mercados de abastos durante la pandemia. Muchos han tenido que navegar estos riesgos mientras continúan proveyendo bienes y servicios esenciales durante la crisis de salud pública. Ya han comenzado a tomar medidas para reducir los riesgos para su clientela y para su salud y están haciendo incidencia para ser parte de la solución.

Estas personas trabajadoras hacen un llamado al gobierno para que trabaje con ellos en tanto colaboradores legítimos en la búsqueda de soluciones para mantener y garantizar tanto el funcionamiento, como las medidas de seguridad, de las esenciales cadenas de abastecimiento de alimentos. 

Conforme la municipalidad trabaja para construir una ciudad más resiliente después del COVID-19, es esencial que se garantice el derecho fundamental al trabajo. Quienes trabajan en empleo informal dependen de sus ingresos diarios para sobrevivir, y la ciudadanía depende de los alimentos que estas personas les ofrecen. Por ello, el derecho al trabajo debe incluir el espacio para ejercerlo, así como la implementación de protocolos sanitarios para mitigar los riesgos. 

Ello sólo puede suceder si hay inversiones municipales y acciones coordinadas con las y los trabajadores para garantizar espacios más sanos y seguros para todas las personas que viven en las ciudades. Las y los comerciantes en vía pública y en los mercados de abastos en Lima han estado abogando por este tipo de inversiones desde hace años. Si bien la pandemia exacerba desigualdades estructurales muy enraizadas en las ciudades, también presenta un espacio para repensar intervenciones prácticas y apropiadas que involucren a las comunidades de base y a los grupos de personas trabajadoras que son quienes están siendo más afectados. En última instancia, representa una oportunidad para reimaginar a la ciudad como un espacio donde las necesidades de todas y todos los ciudadanos sean la prioridad.

Feature Photo Credit: Juan Arredondo/Getty Images Reportage

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