Las personas trabajadoras de todo el mundo están atravesando las tormentas de un sistema geopolítico y económico en plena transformación. Los radicales aranceles anunciados –y luego suspendidos– por la administración Trump han generado una incertidumbre generalizada y el temor a una recesión inminente. Sabemos, además, que, durante la crisis de la COVID-19, la interrupción de las cadenas mundiales de suministro diezmó los ingresos de muchas personas trabajadoras en empleo informal. Hoy existen claros riesgos de consecuencias similares para ellas. En paralelo, varios informes indican que la democracia siguió retrocediendo en 2024, demostrado por preocupantes descensos en los indicadores de libertad de expresión, igualdad económica y acceso a la justicia. El debilitamiento de las instituciones democráticas y el auge del autoritarismo engendran cada vez más ataques contra la libertad de expresión, el derecho de sindicación y la independencia de la sociedad civil.
En medio de esta incertidumbre mundial y de los embates contra los movimientos sociales, mantenemos firme nuestra convicción de que capear estas tormentas pasa por unirnos, es decir, seguir organizándonos y forjando alianzas entre los movimientos, incluso de cara a la oposición. Y, en ese proceso, debemos dar espacio a las mujeres trabajadoras para que dirijan y representen, prestando especial atención a las estrategias y los conocimientos que nacen de sus prácticas democráticas desde la base.
Las organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal desempeñan un papel fundamental en la defensa de la democracia y en apoyo del bien común
Las organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal desempeñan un papel central en la defensa de la democracia porque luchan por los derechos de las personas trabajadoras y desafían la injusticia sistémica. Cuando los derechos de las comunidades se ven amenazados, estas organizaciones se estructuran, construyen poder y resistencia popular desde la base y abogan a favor del cambio. Sus movimientos actúan en el interés del bien común, a menudo frente a actores estatales y empresariales que buscan preservar un statu quo desigual e injusto.
Cuando las personas trabajadoras en empleo informal se unen y establecen alianzas con otros movimientos, como los de las personas trabajadoras en empleo formal, los de los derechos de las mujeres, el cooperativismo o la defensa del medioambiente, por ejemplo, demuestran su capacidad para impulsar cambios progresistas:
- En Delhi, India, una coalición de alianzas –defensoras de los derechos de las personas trabajadoras en empleo informal, de la vivienda, del medioambiente y otros sectores– lanzó la campaña “Main Bhi Dilli (Yo también soy Delhi)” para promover el Plan Maestro de Reordenamiento de Delhi 2041. Aunque la versión finalmente aprobada aún está lejos de materializar por completo una visión incluyente, sí reconoce que la economía informal es la principal fuente de empleo de la ciudad e incluye disposiciones para dotar los asentamientos informales de infraestructuras para el cuidado de la salud y la infancia. Además, la campaña consolidó una red de colaboración que sigue vigente en asuntos como el trabajo informal en espacios públicos, las expulsiones, las políticas de vivienda y la gestión de residuos.
- En Brasil, distintos sectores de personas trabajadoras en empleo informal crearon en junio de 2024 una plataforma conjunta que agrupa a representantes de las organizaciones de personas vendedoras ambulantes (UNICAB), recicladoras (MNCR) y trabajadoras en domicilio (ATEMDO) o del hogar (FENATRAD), así como personas conductoras y repartidoras de aplicaciones móviles (SIMTRAPLIRS y SEAMBAPE), junto con la CUT Brasil y WIEGO. Este colectivo consiguió junto con el Gobierno nacional abrir un espacio de diálogo que incluye a representantes del Ministerio del Trabajo, la Secretaría General, la Diputación Federal y la Dirección de la OIT. Busca, por un lado, que se tome conciencia de las necesidades de las personas trabajadoras usando las iniciativas de investigación-acción de WIEGO; y, por el otro, impulsar cambios en las políticas públicas para que se garanticen los derechos de las personas trabajadoras en empleo informal. Su plataforma de reivindicaciones exige la implementación de la Recomendación 204, así como la ratificación de varios Convenios de la OIT (177, 190, 189, 184, 206, 201 y 202), además de políticas concretas de despenalización del trabajo informal, el fortalecimiento de las políticas de economía social y solidaria (por ejemplo, el Registro Nacional de Empresas de la ESS), más atención a la salud física y mental de las personas trabajadoras en empleo informal, entre otras.
- HomeNet Internacional y sus afiliadas nacionales y regionales colaboraron estrechamente con la sociedad civil y sindicatos aliados –como la Alianza por un Salario Mínimo en Asia, la Campaña Ropa Limpia y WIEGO– para abogar por el reconocimiento y la protección de los derechos de las personas contratistas dependientes en domicilio bajo la Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad de la Unión Europea. Si bien un paquete legislativo ómnibus presentado en 2025 podría mitigar su alcance, la directiva contiene disposiciones que protegen a todas las personas trabajadoras en las cadenas de suministro (incluidas las contratistas dependientes en domicilio), lo que representa una victoria importante. Esta alianza continúa su labor para asegurar la protección de los derechos de las personas contratistas dependientes en domicilio a medida que la directiva se transpone a las legislaciones nacionales.
- A nivel mundial, las trabajadoras del hogar cimentaron alianzas con el movimiento sindical formal (incluidas la CSI y la UITA), varias personas funcionarias de la OIT y organizaciones de la sociedad civil (como el Global Labour Institute y WIEGO) en su campaña a favor de una norma internacional sobre el trabajo del hogar. Gracias a esta alianza, crearon en 2009 la Red Internacional de Trabajadoras del Hogar (hoy FITH), y lograron la adopción del Convenio sobre trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos (C189) en 2011. En 2024, la FITH alcanzó el reconocimiento como federación sindical mundial y se incorporó al Consejo Global Unions, un hito trascendental para las trabajadoras del hogar del mundo entero.
Estas experiencias demuestran lo que podemos lograr cuando nos organizamos colectivamente, desde el ámbito local hasta el global, y subrayan que nuestra lucha debe ser incesante.
En este Primero de Mayo, hacemos un llamado a los movimientos laborales y sociales progresistas: debemos mantenernos firmes y hombro con hombro en defensa de la justicia social y los principios democráticos. Que estas tormentas no nos destruyan, que nos construyan.