En todo el mundo, la creciente preocupación por la contaminación ambiental, el cambio climático y el aumento de la desigualdad entre ricxs y pobres está generando lo que a menudo se describe como una triple crisis planetaria: económica, social y ambiental. Estos desafíos que se van acumulando han impulsado la reivindicación de una transición justa para lxs trabajadorxs afectadxs por el cambio hacia formas de producción de energía más sostenibles ambientalmente y hacia modelos de economía circular.
Este artículo analiza las oportunidades y los desafíos que enfrentan lxs trabajadorxs en Brasil y en otros países dentro del contexto de los sistemas de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Brasil, por ejemplo, ha reconocido la economía circular en su Contribución Determinada a Nivel Nacional como un componente importante para una transición justa, vinculada con la inclusión social y las oportunidades laborales. En este artículo, reflexionamos sobre las condiciones necesarias para garantizar que lxs recicladorxs lleven a cabo la circularidad, lo que aseguraría una transición justa hacia la circularidad a través de la REP y otros sistemas.
Lxs recicladorxs se encuentran entre lxs más vulnerables frente a la pérdida de sus medios de subsistencia en la transición hacia una economía más circular. Esto se debe a que las políticas e inversiones de la economía circular, como la REP, generan mayor inversión y competencia por los materiales y las oportunidades de trabajo, a la vez que imponen requisitos onerosos y costosos en materia de registro, infraestructura y administración. Esto a menudo resulta en la paradójica expulsión de lxs recicladorxs de los sistemas de gestión de materiales, donde históricamente han desempeñado un papel fundamental en la prevención de la contaminación y en la recuperación de materiales para su reciclaje y reutilización. Incluso en países como Alemania, donde la gestión de residuos está muy desarrollada, lxs recicladorxs son actores esenciales en la recuperación de latas y botellas bajo el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), a pesar de su falta de organización y reconocimiento dentro del sistema.
Organizarse es clave para una transición justa
Una transición justa para lxs recicladorxs y demás trabajadorxs de las cadenas de valor de la gestión de materiales implica reconocerlxs como partes interesadas legítimas y proteger y mejorar su papel en estos sistemas durante la transición. Sin embargo, garantizar un papel para estxs trabajadorxs no se reduce simplemente a permitirles participar de manera informal y sin una representación real. La Alianza Internacional de Recicladores (AIR), una red mundial de organizaciones de trabajadorxs en empleo informal que representa a medio millón de recicladorxs en más de 30 países, señala que una transición justa para lxs recicladorxs generalmente solo se da cuando están organizadxs y tienen oportunidades de ascender en la cadena de valor hacia la gestión de instalaciones como los centros de devolución.
En Oregón, EE. UU., este año, la organización de recicladorxs Ground Score Association, gracias a campañas bien organizadas, logró influir en un cambio en la ley estatal del SDDR para abrir el mercado a la operación de centros de devolución, gestionados por las distribuidoras. Esto permite que su centro, People’s Depot, previamente financiado con donaciones, se convierta en parte oficial del sistema y llegue a operar a tiempo completo, empleando de manera formal a recicladorxs para su funcionamiento, a la vez que ofrece servicios dignos de canje de envases y aboga por la defensa tanto del SDDR estatal como de lxs recicladorxs (conocidxs localmente como canners).
Organizaciones del Norte Global, como Ground Score, se han visto influenciadas por otros países, como Brasil, donde lxs recicladorxs han construido movimientos nacionales por la defensa de una transición justa y la integración de pleno derecho en los sistemas formales de gestión de materiales.
En 2010, la ley brasileña que instituyó la Política Nacional de Gestión de Residuos Sólidos (PNRS) marcó un hito fundamental para la integración de lxs recicladorxs en Brasil. Esta ley lxs incluyó como actores preferenciales en los programas municipales de segregación en origen y en el Sistema de Logística Inversa (SLI) de responsabilidad compartida de Brasil. En el SLI brasileño, las industrias que producen y generan envases están obligadas por ley a invertir en los flujos de retorno de estos materiales posconsumo y a priorizar la participación de las cooperativas de recicladorxs en empleo informal en este proceso. De esta manera, las cooperativas realizan la clasificación, compresión, embalaje y venta de los materiales reciclables recuperados a la industria del reciclaje. A cambio, las industrias generadoras de residuos invierten en las cooperativas al proporcionarles vehículos de carga, equipamientos, mejoras en los almacenes de clasificación de las cooperativas, capacitación y educación ambiental para sus miembros.
Además de apoyar la capacidad operativa de las cooperativas y de invertir en su fortalecimiento, algunos programas del SLI han sido fundamentales para apoyar a las cooperativas de recicladorxs durante las crisis y han respaldado la investigación sobre los impactos de la pandemia liderada por WIEGO. Hace poco, WIEGO involucró a uno de los programas de logística inversa de Brasil como socio en su proyecto de Monitoreo Casi en Tiempo Real de Eventos Meteorológicos Extremos, realizado en seis ciudades brasileñas. Este es un gran paso para recopilar evidencia sobre cómo el cambio climático afecta los centros de clasificación de lxs trabajadorxs, lo que puede contribuir a la formulación de políticas de adaptación para aumentar la resiliencia de lxs recicladorxs. Un avance reciente en el SLI de Brasil es que ahora la ANCAT, el brazo técnico del Movimiento Nacional de Catadores, es una Organización de Responsabilidad del Productor certificada a través de su plataforma Reciclar pelo Brasil. Esto demuestra la relevancia y el reconocimiento de lxs trabajadorxs en el SLI del país.
Llamado al reconocimiento, la inversión y la inclusión
A pesar de estos avances del SLI por reconocer las circularidades cotidianas del Sur mediante el apoyo a las cooperativas de recicladorxs, muchos desafíos afectan la capacidad de inclusión de este sistema. Por ejemplo, aún no están claros los criterios de pago a las cooperativas de recicladorxs por parte de la industria, lo que genera un desequilibrio en el poder de negociación entre las partes, como se observó también en el caso de Oregón. Otro problema es que el sistema beneficia a lxs recicladorxs organizadxs, pero deja de lado a lxs autónomxs (no organizadxs), que siguen siendo la mayoría.
El sistema de REP de Sudáfrica intenta superar este desafío al registrar a lxs recicladorxs en una plataforma que debería proporcionarles un pago por la venta de materiales, aunque estos pagos a menudo no llegan a lxs recicladorxs debido a obstáculos tecnológicos y a la falta de voluntad de las compañías productoras.
La necesidad de apoyar la organización, el acceso a la tierra y la infraestructura, la colaboración entre sectores públicos y privados y el reconocimiento jurídico en las políticas y las leyes son algunas de las principales reivindicaciones de lxs recicladorxs en todo el mundo.
Las estrategias de economía circular, como la Responsabilidad Extendida del Productor, pueden dar lugar al reconocimiento y la integración de lxs recicladorxs. Estxs han demostrado ser esenciales para llenar los vacíos en los sistemas de gestión de materiales, incluso en los sistemas más desarrollados, de modo que su papel es fundamental para llevar al máximo la recuperación de materiales en la economía circular. No obstante, un enfoque de economía circular mal diseñado también puede conducir a una mayor explotación y despojo de lxs recicladorxs. En un mundo de creciente desigualdad económica y crisis ambientales cada vez mayores, no podemos permitirnos dejar atrás a lxs trabajadorxs del sector ambiental y necesitamos soluciones que aborden ambos problemas. Lo que representa una transición justa para lxs recicladorxs puede variar según el contexto, pero los principios básicos de reconocimiento, inversión suficiente e inclusión significativa en la planificación e implementación son los mismos en todo el mundo. Estas estrategias no pueden demorarse más: deben guiar el camino hacia una economía más circular y deben comenzar hoy mismo.
Este artículo está publicado en alemán en la revista Südlink.