Cómo una ciudad de Brasil ha utilizado el teatro y la canción para popularizar el reciclaje, y a los trabajadores y trabajadoras pobres que lo realizan

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Carlin Carr

Por Carlin Carr

Brasil ha sido pionero mundial en lo relativo a la integración de los recicladores y recicladoras en los sistemas de gestión de residuos sólidos. Pero sus políticas progresistas no surgieron de un día para el otro. De hecho, un trabajo de comunicaciones altamente coordinado en una pequeña ciudad del sudeste, Belo Horizonte, ayudó al nacimiento de un movimiento nacional. Desde la canción y la danza en las calles a la amplia difusión de cartelería y charlas en las escuelas, la Agencia de Servicios de Saneamiento de Belo Horizonte convirtió su campaña de sensibilización pública en una prioridad, y en una manifestación artística en sí misma.

“Nos tomamos en serio las comunicaciones y la movilización social”, comenta Sonia Dias, especialista del sector de WIEGO, que reside en Belo Horizonte y formaba parte de la Agencia de Servicios de Saneamiento de la ciudad durante estos diez años de intenso trabajo de comunicación. “De hecho estaba escrito en nuestra política de gestión de residuos sólidos, y creamos un Departamento de Movilización social”.

Belo HorizonteLos recicladores de Belo Horizonte educan al público sobre el reciclaje a través de espectáculos callejeros. Foto: S. Dias

Una labor de comunicación que es divertida y dirigida al mismo tiempo 

El nuevo departamento albergó el trabajo de reciclaje de la municipalidad, así como un grupo variopinto de profesionales –arquitectos, ingenieros, educadores, sociólogos, psicólogos y artistas– y estuvo encargado de cambiar las viejas costumbres y formas de pensar sobre residuos y qué hacer con ellos. La estrategia fue tanto interna como externa: estuvo centrada en cambiar la percepción pública y de los empleados de la Agencia de Servicios de Saneamiento para con los recicladores y recicladoras (conocidos como catadores). Los recicladores eran considerados como criminales o vagabundos en vez de trabajadores con derechos y agentes medioambientales. El departamento también necesitaba que la gente separara y segregara los residuos en sus hogares y los llevaran a contenedores de reciclaje que estaban repartidos por la ciudad (actualmente Belo Horizonte ha implementado la recolecta puerta por puerta).

Organizaciones de recicladores y recicladoras participaron durante el proceso, realizando aportaciones a las políticas municipales y aprendiendo sobre la fuerza de un plan coordinado de comunicaciones y movilización social. Durante el proceso, se humanizó la visión de los recicladores y recicladoras, y sus voces fueron escuchadas. Muchos catadores hablaron frente a estudiantes y grupos comunitarios ofreciéndoles más información sobre lo que hacen y cómo lo hacen, y realizaron sketches después de una formación con profesionales del teatro.

Además de involucrar a los recicladores y recicladoras, el trabajo de comunicación también se enfocó en utilizar la animada cultura brasileña para captar la atención de la gente. El departamento organizó un carnaval y un desfile del reciclaje y creó un coro con canciones basadas en la segregación de residuos. El grupo actuó en iglesias y por toda la ciudad. Miembros del departamento dieron charlas en autobuses locales y fueron a locales populares en una iniciativa llamada “de bar en bar”, implicándose con los residentes mientras disfrutaban su copa. Una vez al mes, en los semáforos, artistas escenificaron sketches sobre temas que iban desde combatir el tirar basura por la ventana del coche a incitar a la gente para colaborar en mantener la ciudad limpia. Resultó difícil dejar de escuchar noticias en torno al reciclaje.

Vea este video sobre el papel medioambiental de los recicladores.

Belo HorizonteUna recicladora actúa en las favelas de Belo Horizonte para educar al público sobre el reciclaje. Foto: S. Dias

Desarrollaron materiales y programas específicos para los distintos sectores de la sociedad: escuelas, asociaciones comunitarias, instituciones religiosas, agentes de salud comunitaria e incluso trabajadores de residuos empleados formalmente por la municipalidad que a menudo veían a los catadores como competidores o como una amenaza. El departamento organizó programas especiales para superar esta división, promoviendo la formación y facilitando programas de alfabetización para ambos. 

A pesar de todo lo que hicieron, Dias comenta que el presupuesto del departamento era mínimo por lo que tenían que ser muy creativos. Se dirigieron a activistas en varias olas lo que provocó un efecto bola de nieve. Los esfuerzos iniciales se centraron en una red central de aliados, para después extenderse por escuelas y otras instituciones y posteriormente pasar a la acción de masas: la ciudad y los ciudadanos.

Lea sobre la vida de la recicladora brasileña Dona Maria Bras.

Belo HorizonteUn grupo de teatro de recicladores actuando en el centro de la ciudad para promover la conciencia medioambiental. Foto: S. Dias

El mensaje llega a todo Brasil

En seguida, los funcionarios de todo Brasil viajaban a Belo Horizonte para ver qué era eso de lo que tanto se hablaba. Eventualmente, en un gran paso adelante, esta experiencia se convirtió en una de las principales fuentes de inspiración para la creación de un foro nacional sobre residuos y ciudadanía; se comenzó a tomar más en serio al reciclaje y a los recicladores y recicladoras en empleo informal como actores importantes en la gestión de residuos sólidos.

 “Hoy en día, se habla de los catadores de una forma más positiva”, comenta Dias. “Son vistos como personas que contribuyen al medio ambiente”. 

En 2010, Brasil aprobó una prometedora Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS, por su sigla en portugués, artículo en inglés) que destaca como un modelo para los países del Sur. Esta reconoce a las cooperativas de recicladores como proveedores de servicios y, como resultado, establece un número de mecanismos para apoyar a las cooperativas y municipalidades que integran a los recicladores en los sistemas de residuos sólidos.

La normativa fue adoptada por diferentes razones, pero el mensaje creativo y tenaz de Belo Horizonte desempeñó un papel importante. El cambio de mentalidad requiere una cuidadosa planificación y tiempo, pero como los recicladores de Brasil pueden atestar, los esfuerzos han mejorado su imagen y les han aportado un papel más respetado en la lucha nacional contra los residuos.

 

Más información sobre la Política Nacional de Gestión de Residuos Sólidos de Brasil.

 

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Primera foto: WIEGO

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